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Temprano comenzamos la aventura. A las 9:15, padres y madres acompañando a nuestro alumnado, la profesora de Lengua,  Carmen López,  y yo nos encontramos en la estación de Córdoba.

 

Momentos de nervios y risas se mezclan con el sueño del "madrugón" de un domingo de 24 adolescentes que habitualmente a esta hora duermen después de la salida del sábado noche. Las maletas, a pesar de lo indicado, son enormes y están llenas, esperamos que no sólo de ropa sino también de ilusión y ganas de aprender. 

Comenzamos repartiendo billetes y organizando grupos pues -para desilusión de los chavales-estamos en diferentes vagones.

- "¿Habrá wifi en el hotel?. Tengo pocos megas.

- "¿A qué hora llegamos?"

Son grandes las preocupaciones en estos primeros momentos.

Una vez sentados en nuestros asientos, la tecnología nos echa una mano e, hipnotizados ante la pantalla de sus móviles, hacen que el viaje sea tranquilo y silencioso e incluso se pueda dormir o disfrutar del paisaje cambiante. De momento, el olivar andaluz nos acompaña; la dehesa y el Valle de Acudia se hacen presentes a lo largo del camino. Campos de tonos ocres de un verano prolongado hasta el otoño nos muestran la cara más visible de la falta de lluvia y del cambio climático. 

A las 12:33 llegamos a Zaragoza según lo previsto. El frío y el viento nos dejan claro que nuestra Córdoba se ha quedado muy atrás a pesar de no ser conscientes de los kilómetros recorridos cuando se viaja en alta velocidad.

En treinta minutos un pequeño tentempié y carreras por el andén número 6. ¡Uff! ¡Cogemos el tren por los pelos!!!. Risas, gritos y carreras hasta por fin ubicarnos de nuevo. Pero la sorpresa, esta vez, viajaba en el vagón con nosotros. Trinidad Sánchez, una señora cordobesa de Peñarroya-Pueblonuevo, que partió hacia Zaragoza en 1968, se emociona al ver tanto paisano joven y recordar su acento natal.

En el trayecto recibimos la llamada de Pedro, uno de los monitores que nos acompañará estos días. Nos da la bienvenida y nos indica el reparto de habitaciones: dobles, triples, cuádruples...Son 14 chicos y 10 chicas.

- "Profesora, los números no cuadran"

- "Así nos separan"

- "¡Yo quiero ir con mis amigos!"

- "¡Con esta me llevo mejor que con la otra!"

Después de unos minutos de reflexión, todo arreglado. El compañerismo y la empatía van ganando adeptos y todos quedan acoplados en menos de cinco minutos.

A la llegada al hotel, el Bed4U de Pamplona, Sonia y Pedro -nuestros monitores- nos dan la bienvenida y reparten las habitaciones; por fin un rato de descanso...¡qué ingenuas!. Pronto un ir y venir por pasillo con portazos incluidos nos sacó de la siesta. Este bullicio se intensificó aun más con la llegada de los compañeros del IES Vasco de la Zarza de Ávila. Una gran alegría para ellas y....decepción para ellos: no había paridad, 21 chicos y sólo 2 chicas.

Por fin todos juntos en la sala de reuniones, comenzamos las presentaciones y cada centro muestra lo mejor de sí mismo y de su ciudad en distintos formatos. Risas nerviosas al contemplarse en la gran pantalla.

Charla de los monitores, normas, expectativas y...pasamos a lo más esperado, la cena. Los platos fueron un visto y no visto; tras los bocadillos del día la cena caliente les llenó de energía. Esperemos que esta no sea la suficiente para que caigan rendidos y duerman y "dejen dormir". 

Después de la cena nos intercambiamos regalos, saboreamos el pastel cordobés y...¡HASTA MAÑANA!!. OJALÁ QUE EL SILENCIO SE HAGA PRONTO DUEÑO DE LA PLANTA

Curso: 

I.E.S. ZOCO (Córdoba) -  C/ José María Martorell S/N  -  TLF.: 957379764

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